Columna de Opinión

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¿Por qué han salido tan pocos jugadores de la escuela municipal de fútbol de Orihuela? Por Javier Morante.

Sólo cuatro jugadores ha dado la escuela oriolana desde que está en funcionamiento: Cases, Verza, Del Cueto y Ezequiel, cifra muy pobre y a la vez significativa, que me lleva a una conclusión: la escuela municipal de fútbol de Orihuela no funciona.

Si se me permite hacer una reflexión sobre el panorama del fútbol base oriolano, opino que una escuela de fútbol ha de tener como objetivo formar a futuros futbolistas, pero creo que se ha perdido por completo el norte en este sentido. No entiendo cómo no se utilizan las herramientas adecuadas para llegar a ese fin y me explico. Si el objetivo de una escuela de fútbol es el de formar a futbolistas, no sé por qué no se le exige a todos y cada uno de los monitores/entrenadores a cargo de estos chavales un mínimo de conocimientos, experiencias y vivencias en el mundo del fútbol .. y no me refiero sólo a hartarse a ver partidos de fútbol por la televisión o en la grada de cualquier campo. Me refiero a saber lo que es la presión de un encuentro, cómo hay que comportarse en el campo, cómo hay que afrontar cada partido dependiendo de las características del rival, el posicionamiento en el terreno de juego y qué se espera de cada jugador. Eso sólo se aprende en un sitio: el terreno de juego. Por muchas corridas de toros que yo haya visto, ni estoy ni me siento capacitado para enseñar a ningún joven a ser torero.

 

Es necesario, por tanto, encontrar a las personas adecuadas para saber inculcar y transmitir esto a los chavales, junto con la disciplina deportiva y de compañerismo propia del deporte, porque educados ya han de venir de sus hogares. Un entrenador sólo ha de reforzar esos valores adquiridos previamente. Es, en ese momento, cuando se dan las condiciones necesarias para formar un buen jugador. Estos jóvenes habrán de ganarse después en cada entrenamiento su puesto, tomándose cada partido del sábado como un examen conjunto de todo lo aprendido durante la semana, al tiempo que sus entrenadores deben olvidarse de quién es el padre del niño y cuál es su apellido. Cada alumno de una escuela de fútbol, según su evolución, deberá ir promocionando año tras año desde el equipo más bajo hasta llegar al primer equipo de cada categoría. A todo esto habría que sumar la especial relación que debería tener cada escuela deportiva con el primer club de fútbol de su ciudad, comprometiéndose éste a dar oportunidades a los jugadores más destacados e interactuando club y escuela estrechamente.

 

Dar oportunidades y valorar la cantera es, según mi punto de vista, la mejor manera de no tener un primer equipo con grandes presupuestos y lleno de gente de fuera, sino de chavales jóvenes que lleven de paso a familiares, amigos y conocidos al campo de fútbol. Además serviría también para tener unas escuelas llenas de niños y jóvenes motivados para conseguir su meta. Es mi humilde opinión, por si alguien quiere tomar nota.

Javier Morante

Ex futbolista profesional

Modificado por última vez en Jueves, 16 Enero 2014 21:49
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