Raimon: "Ahora soy consciente de que el decaironman es algo inhumano" Destacado

Raimon Martínez relata a Sport Vega Baja sus vivencias durante los diez días de duración de esta prueba de resistencia física extrema.

"Para soportar y acabar esta prueba, la capacidad física es vital pero es mucho más importante y determinante la resistencia mental".

Raimon Martínez Aliaga (Bigastro 1970) logró el lunes 7 de octubre la gesta de hacer un decaironman. Fue el celebrado en tierras del Véneto italiano, concretamente en la localidad de Lonato del Garda. El decaironman es un triatlón de ultradistancia y consiste en realizar un ironman cada día durante diez días consecutivos. Si un ironman consta de 3,8 kms. de natación, 180 kms. en carrera en bicicleta y 42,195 kms. de carrera a pie, un decaironman supone hacer un total de 38 kms. de natación, 1800 kms. en bicicleta y 422,2 kms. corriendo. Sport Vega Baja se interesado por las vivencias de este deportista bigastrense en esta prueba de ultrafondo.

.-Pregunta: ¿Por qué decides afrontar este reto?

.-Respuesta: La primera vez que me interesé por el triatlón fue en año 2009. No dudé demasiado y pronto me preparé para participar por primera vez en un ironman. Para un amante de este deporte, hacer un ironman es lo máximo en esta disciplina. Al igual que hacer una maratón para cualquier atleta. He hecho, entre otros, el Ironman de Lanzarote y en dos ocasiones el Ironcat en l'Ampolla (Tarragona). Más tarde, me informé sobre otras pruebas superiores. como el doble y triple ironman, el pentaironman o el decaironman y se despertó en mí la curiosidad y motivación por hacer alguna de estas modalidades.

En 2011 hice mi primer doble ironman (8 kms. nadando, 360 kms. en bicicleta y 2 maratones) en Lichtfield (Gran Bretaña) en su versión 'non stop', es decir, de forma seguida y sin descanso. Este mismo año me planteé probar la modalidad de ironman por etapas y mi reto era la realización de un pentaironman, prueba que popularizó por primera vez el famoso triatleta Josef Ajram en su reto Epic 5. Cuando quise inscribirme, descubrí que no se organizaba. Sin embargo, sí tenía conocimiento de la existencia del decaironman. Sin pensarlo dos veces, decidí que era una oportunidad para alcanzar dos objetivos al mismo tiempo, hacer un pentaironman y conocer cuál era mi límite físico, como el lema de la competición 'What is the limit?

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.-P: ¿Qué preparación has seguido para ir a Italia?

.-R: Yo mismo me he estado preparando durante un año. Como licenciado en Educación Física, me siento capacitado para diseñar mi propio plan de entrenamiento. Prácticamente, he entrenado todos los días, compaginando los entrenamientos con el trabajo. Seguí una planificación específica para esta prueba, como guía básica. Cada sesión de natación consistió en nadar entre 3000 y 4000 metros. Los entrenamientos de natación los hacía en la piscina del Palacio del Agua de Orihuela, sobre todo, durante la semana. Para la prueba en bicicleta dedicaba dos días entre semana, rodando unos 60 kms. y los fines de semana realizaba distancias más largas. Respecto al entrenamiento de carrera, la distancia estándar que me establecí fue de 20 kms. e, igualmente, las distancias más largas las dejaba para el fin de semana.

.-P: ¿Cuántos inscritos acabaron el decaironman y qué tiempo final hiciste?

.-R: Hubo 17 participantes procedentes de diferentes países. Dos éramos españoles y, como curiosidad, diré que dos eran mujeres. Tan sólo seis participantes logramos completar los diez ironman. En este tipo de prueba, el triunfo es conseguir el título de 'finisher', es decir, terminar la competición completando los diez ironman consecutivos. Para nosotros era importante el tiempo total utilizado cada día, porque de ello dependía el tiempo de recuperación para la prueba del día siguiente. Mi tiempo medio fue aproximadamente de 14 horas. La mejor marca fue de 12 h.50.46 y la peor de 19 h.16.28, correspondiendo éste al último día y debido al cansancio acumulado. El principal objetivo de ese último día era evitar problemas físicos que me impidiesen la consecución del objetivo final, que era acabar las diez etapas del decaironman. No haber llegado ese día a la meta me hubiese supuesto una frustración. La suma de los tiempos de los diez días fue de 157 horas, 18 minutos y 27 segundos.

.-P: ¿Cómo era cada jornada?

.-R: Me levantaba cada día sobre las 6.30 horas, me dirigía al lugar del evento para desayunar, preparar los atuendos de cada parte del ironman y empezar la jornada, que se prolongaba hasta pasadas las 22.00 horas. Después una ducha y a cenar, aunque apenas tenía apetito. Finalmente, me desplazaba a la residencia, situada a unos 10 kms. de distancia y, por fin, a dormir, completamente condolido. El tiempo de descanso, entre unas cosas y otras, no se extendía más de cinco o seis horas cada día.

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.-P: ¿Cuáles fueron los peores momentos durante el decaironman? ¿Tuviste algún problema físico? ¿Estuviste a punto de abandonar en algún momento?

.-R: En la natación transcurrieron los peores momentos de mi reto, dado que llevé a sufrir hipotermia debido al sitio donde se realizaba la prueba y a unas condiciones climatológicas desfavorables. Los tres últimos días tuve que nadar poniéndome dos trajes de neopreno para paliar el frío. Fue muy duro nadar alrededor de una hora bajo esas condiciones tan adversas. Recuerdo que después de una media hora en el agua tan fría, paraba en el borde de la piscina para que me echaran agua caliente dentro del neopreno para poder seguir nadando y evitar así la rigidez y dolor muscular y la dificultad respiratoria que produce la hipotermia. Después, en la transición de la natación a la bicicleta, pasaba por la ducha para estar cinco minutos debajo del agua caliente con el fin de recuperar la temperatura corporal. Otro momento extremo llegó cuando el séptimo día comenzó a llover. Montar en bicicleta con lluvia y empaparse de agua es terrible. Hubo un día en concreto que se juntaron viento, frío y lluvia. Estuve a punto de la hipotermia y de retirarme. Pero mentalmente resistí. Es como si una fuerza extraña dentro de mí me acompañara. A partir del quinto ironman empezaron a retirarse algunos de los participantes por diferentes razones y desde el octavo día ya sólo quedamos seis. Después de nadar 3,8 kms. y hacer en bici 180 kms., me quedaba una maratón de 42 km. Considero que esta última parte del ironman es terrible, pues creo que es la actividad más nociva de las tres.

.-P: Al margen del cansancio, la acumulación de un ironman con otro, ¿te dejaba secuelas físicas?

.-R: Los dolores musculares y el cansancio con el que finalizaba cada día me hacían dudar sobre si al día siguiente sería capaz de comenzar la nueva jornada. No sabía cómo ni en qué grado me recuperaría del esfuerzo tras un período corto de recuperación. Mi pregunta diaria era ¿podré mañana seguir después de la paliza de hoy?. Una vez finalizada la competición, las secuelas que me han quedado son las normales, es decir, sobrecargas musculares e hinchazón por edema en la zona del tobillo de una de las piernas. Ahora soy consciente de hacer un decaironman es algo casi inhumano.

.-P: ¿Has tenido algún patrocinador que te haya ayudado a sufragar los gastos de la competición?

.-R: No he tenido patrocinio. Todo lo he pagado yo mismo. Sólo la empresa 'Quinton' me ayudó mediante el suministro de ampollas hipertónicas bebibles 'Totum' para los entrenamientos, así como para la realización de la prueba.

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.-P: ¿Fuiste sólo a Italia?

.-R: No, la organización obligaba a que cada deportista llevara un 'supporter', es decir, una persona encargada de facilitarme los alimentos en los puntos de avituallamiento, dado que la organización no facilitaba personal para hacer esa función. Esta persona fue mi esposa, Trini Pérez, siendo su ayuda y ánimo muy importante para poder culminar con éxito.

.-P¿Cómo viviste el último ironman y la llegada a meta?

.-R: Superar el noveno ironman lo llamaban conseguir el triunfo. Al acabarlo, ya comencé a sentir que el final estaba cerca y que sí era posible. El décimo y último ironman lo llamaban el 'ironman de la gloria'. Es difícil explicar las emociones y sentimientos que viví en los instantes previos a cruzar la meta, momento en que fui consciente de que iba a alcanzar mi reto y culminar una experiencia increíble. Lo primero que me vino a la cabeza fue la imagen de mi hija y de aquellas personas que confían en mí y, aún desde la distancia, me apoyan y se preocupan por mí.

.-P: En tu pueblo, siguieron de cerca tu andanza por Italia.

.-R: Por lo que me contaron, muchísima gente se enteró y se produjo un seguimiento masivo de la prueba por Internet a través de la página web de la prueba, así como el interés sobre cómo me iba y si cada día lograba finalizar cada ironman. La vuelta a Bigastro también fue algo que nunca olvidaré. Me hicieron un recibimiento en la plaza del pueblo familiares, amigos, vecinos y miembros de la corporación municipal, como reconocimiento y felicitación. Fue una agradable sorpresa y llegó a emocionarme. Lo más grande fue el abrazo de mi hija, que se echó a llorar sin poder parar.  

.-P: ¿Tienes ya en mente algún próximo reto deportivo?

.-R: Este ha sido el reto más difícil que he afrontado en toda mi vida deportiva. Es una prueba extrema dentro del triatlón. No hay nada igual. ¿Mi próximo reto? De momento no tengo nada en mente. Ahora toca descansar y recuperarme para en una semana comenzar a entrenar nuevamente, pero ahora desde una perspectiva muy diferente.

(Fotos cedidas por Raimon Martínez Aliaga)

Modificado por última vez en Domingo, 29 Marzo 2020 22:58
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