El Orihuela CF no sólo se sacó el domingo 2 de junio de 2019 con su ascenso ante la SD Tarazona la espina de Langreo de hace un año, sino también la clavada en la tarde del 21 de junio de 2014 en el estadio Benito Villamarín de Sevilla ante el Real Betis B, cuando los amarillos perdieron el ascenso en la última jugada del partido de vuelta de la tercera y última eliminatoria, ya que en el actual OCF hay cuatro supervivientes de aquella tarde negra de Sevilla. Son los jugadores Urzáiz, Antonio y Emilio y el actual segundo entrenador Fleky.
Sport Vega Baja habló con ellos escasos minutos después de finalizar el Orihuela-Tarazona en Los Arcos, que daba por fin el ascenso a los amarillos en su tercera intentona desde el descenso de 2013. Jorge Sanz 'Fleky' recordaba que "deseábamos este ascenso a Segunda B desde que bajamos en 2013 por culpa de los despachos. No pudo ser en Sevilla y tampoco en Langreo, pero a la tercera ante el Tarazona ha ido la vencida. Dolió lo de Langreo, pero lo del Benito Villamarín no se lo deseo a nadie. Me he sacado la espina de aquel nefasto día, porque han sido años de trabajo para volver a Segunda B sin recompensa. Lo que me dolió fue escuchar a algunas personas decir que nos habíamos vendido en Sevilla. Para todos los que pensaron y piensan así les diría que no son aficionados ni al fútbol ni al Orihuela. Son palabras sin argumentos y para ellos va dedicado este ascenso ante el Tarazona, que demuestra que sí queríamos ascender ante el Betis. Y no sólo el club como entidad, sino quienes formábamos la plantilla, porque detrás de cada jugador hay una familia y unas aspiraciones".
Por su parte, el delantero Antonio Martínez, autor del gol victorioso ante el Tarazona, manifestaba a Sport Vega Baja que "este ascenso ha sido especialísimo para mí, porque me había quedado con la miel en los labios en Sevilla con el Orihuela, en Gavá con el CD Castellón fallando el penalti decisivo y el año pasado en Langreo. Ahora con el ascenso ante el Tarazona me he resarcido y además haciendo un gol para la historia, que no olvidaré nunca. Estaba siguiendo la jugada nuestra por banda izquierda y, cuando vi que podía haber centro al área, fui posicionándome y ya cuando vi el balón colgado pensé 'ese es mío', salté, rematé y cuando vi salir la pelota de mi cabeza ya la ví entrar. Tenía que meter ese gol como fuera. Se lograba el ascenso y de paso se cerraba así la herida abierta en el Benito Villamarín en junio de 2014. Es cierto que nadie me ha dicho a la cara que nos habíamos vendido en Sevilla, pero sí lo he escuchado indirectamente. Sólo puedo decir que son opiniones poco coherentes. ¿Qué directiva o jugador no va a querer ascender? Lo que pasó es que la temporada se nos hizo un poco larga en lo físico, teníamos una plantilla corta y el Betis B estaba formado por jóvenes que nos sobrepasaron en la segunda parte con cuatro goles, aunque alguno fue polémico. Fueron circunstancias que se dieron. Ahora mi motivación es extra para el futuro. Tengo contrato en vigor con el OCF para una temporada más, por lo que volveré a jugar en Segunda B, pero ahora con el OCF, que es mi casa. Estoy encantadísimo de la ciudad y de este club, al que tengo un gran cariño".
Otro protagonista amarillo de la trágica tarde sevillana fue el defenda central Ismael Urzáiz. "Sin lugar a dudas era una espina que llevaba clavada personalmente. Era mi primera temporada en el Orihuela CF y nos quedamos a pocos segundos del ascenso en Sevilla. Fue increíble ir ganando la eliminatoria por 3-0 y acabar perdiéndola por 3-4. Aquel Orihuela se quedó sin ascenso de la manera más cruel posible, porque directiva, cuerpo técnico y plantilla trabajamos duro para conseguir llegar a Segunda B. ¿Que si nos vendimos en el Benito Villamarín? La gente no sabe que aquella fue una temporada muy complicada por el mal inicio liguero y con hasta tres entrenadores, pero con nuestra reacción en la segunda vuelta de la mano de Onrubia logramos meternos al final en play-off y pasar las dos primeras eliminatorias ante Unión Adarve e Izarra antes de llegar a la tercera y última contra el Betis. Fuimos un equipo muy honesto en todo momento. Simplemente tuvimos la mala fortuna de encajar el gol que nos dejaba sin ascenso en la última jugada del partido cuando el tiempo añadido se había cumplido. Nos quedamos del modo más cruel sin un ascenso que nos beneficiaba a todos, pero ahora por fin hemos logrado subir ante el Tarazona, aunque yo no haya podido jugar contra los aragoneses por un problema en el tobillo. No obstante, tengo un año de contrato y por fin podré jugar en Segunda B, categoría donde ya he militado con varios equipos, pero nunca con el Orihuela CF".
Por último, Sport Vega Baja recogió el testimonio del portero Emilio Romero, que recibió los cuatro goles en el Benito Villamarín en aquella tarde aciaga con arbitraje del colegiado del comité canario Raúl Suárez Ramos. El cancerbero amarillo se mostraba muy crítico con el arbitraje recibido por el Orihuela CF no sólo en el Benito Villamarín, sino también en la ida. "En Los Arcos, en el partido de ida, ya pasaron algunas cosas extrañas. Recuerdo que cuando ganabamos por 2-0 el árbitro nos pitó un penalti tras mano nuestra involuntaria, afirmando textualmente 'este penalti lo pito yo por mis cojones' y a mí personalmente me dijo 'si no ha sido, páralo'. En la vuelta en Sevilla, los dos primeros goles que nos metió el Betis vinieron precedidos de faltas que el colegiado pitó contra nosotros cuando curiosamente eran a nuestro favor. Ahí están las imágenes del partido para comprobarlo. Fue una cosa tan injusta... El arbitraje claramente nos perjudicó en el Villamarín. El primer gol viene de una falta sobre Tonino que no se nos pitó y el segundo a raíz de otra falta cometida sobre Álex García que pitaron al contrario. Fue algo escandoloso. Estos dos goles del Betis fueron en el 53' y en el 58', es decir, muy seguidos y ellos se metieron así en el partido. Si el colegiado hubiera pitado ambas faltas a nuestro favor ambos goles no se habrían producido y el partido habría sido otro. El tercero del Betis ya fue legal y en el cuarto la falta nuestra que lo origina fue dudosa y además fuera ya del tiempo que se tenía que añadir. Está claro que cualquier árbitro se puede equivocar, pero tantas veces como lo hizo en contra nuestra... Nos cosió a faltas. Eso nos fue mermando ante un Betis que era un buen equipo, pero no hubo criterio arbitral. Lo del colegiado en el Villamarín fue algo muy raro. Inicialmente designaron a un árbitro y a mitad de semana hubo cambio y pusieron al que pitó al final, que curiosamente se retiraba del arbitraje tras ese partido de play-off. Esa tarde de Sevilla la llevaba clavada en mi corazón, pero ahora cinco años después me he podido sacar la espina al alcanzar el ascenso a Segunda B contra la SD Tarazona".
(Fotos Sport Vega Baja)
