Sport Vega Baja

José María López Morales ya tiene un mundial de triatlón de media distancia a sus espaldas. Pese a llegar a tierras estadounidenses con apenas veinte días de entrenamiento, pudo completar en la ciudad de Chattanooga (Tennessee) el 10 de septiembre el campeonato del mundo de Ironman 70.3, exigente prueba en la que se dieron cita atletas de todo el mundo, clasificados tras un largo de un año con diferentes carreras. El oriolano había conseguido su pase al campeonato del mundo en agosto de 2016 en el campeonato de Europa de Ironman 70.3, celebrado en Wiesbaden (Alemania). López compitió en EEUU en la modalidad de grupos de edad de 35-39 años. La prueba de natación se realizó en las aguas del Río Tennessee sobre 1,9 kms., donde hizo 0.42.12; después hubo una carrera en bicicleta de 90 kms. muy exigentes, marcando un tiempo final de 2.55.02, y para acabar una media maratón (21 kms), que acabó con un registro de 1.40.00.

En declaraciones a Sport Vega Baja, el triatleta de Orihuela manifestó que "el mundial de ironman fue muy bien. Todo dentro de lo esperado. Fue un reencuentro con la competición, a la que llegué con el estado de forma justo para disfrutarla y terminar, ya que a principios de mayo me operaron de la nariz, porque en el medio ironman de Barcelona me dieron un golpe en el agua y me rompieron la nariz, estando ingresado en el hospital y con varias operaciones complicadas. La última fue hace apenas 5 semanas. En definitiva, más de tres meses parado y con poco tiempo para retomar la actividad física".

Sin embargo, José María López se puso el reto de competir. "Tenía dos opciones: no ir al mundial o ir a disfrutar la experiencia y hacerlo lo mejor posible dentro de mis posibilidades. Llegué con un estado de forma bajo. Apenas 20 días de trabajo. Hice el segmento de natación con mucho miedo para no recibir ningún mal golpe en la cara, alargando el trazado un poco. Se me hizo un poco largo, aunque nadé a un muy buen ritmo. En la bicicleta, disfrute muchísimo, aunque no tenía el gas para tirar a tope, por lo que decidí rodar a mi ritmo. Y en la carrera a pie sufrí. Creo que fue una de las medias maratones más duras que he hecho en mi vida. Los repechones eran enormes, pero aún así el pie es lo mío y conseguí remontar muchas posiciones. Acabé en el puesto 338º. No fue un gran lugar, pero para mí fue mi primer mundial y un paso de gigante de cara a la temporada que empiezo. En definitiva, disfruté del ambiente americano al máximo y acabé muy contento con poder cruzar la meta con la bandera de España en mis manos".

(Fotos cedidas por José M. López)