Ha muerto mi amigo José Luis Baeza. Una noticia triste que esperaba no llegara nunca y me siento en la obligación moral de escribir como modesto homenaje a su persona. Solo han sido diez años de amistad, pero diez años muy intensos. El fútbol y el periodismo me llevaron a conocerle en agosto de 2013. Entonces empezaba mi andadura informativa en solitario en mi medio Sport Vega Baja. Yo venía de otro medio de comunicación comarcal, donde la información del Callosa Deportiva me la facilitaban su entonces técnico Chema Monzón y su presidente Paco Albaladejo. Fue el hoy asistente de Pacheta en el Villarreal CF quien me facilitó su número. Llamarle fue ver el cielo informativo abierto. Se puso a mi disposición desde aquel mismo momento y así ha estado hasta pocos días antes de fallecer. Aún me pasó por whatsapp este pasado 17 de septiembre, como cada domingo hacía, la hoja de alineaciones del partido del Callosa, algunas fotos y el transcurrir del marcador.
Aquella misma mañana, estando en el ‘Duana’ presenciando el Redován-La Nucía B, me escribió: “Es un poco tarde para avisarte, pero es que me encuentro bien y los del Callosa están deseando que vaya a un partido y me he animado. Voy a estar a las 18.00 horas en El Palmeral. ¿Te espero?” Mi respuesta fue negativa, porque era precipitado y además tenía que cubrir el Orihuela CF-UCAM de liga en ‘Los Arcos’. Su respuesta fue: “Bueno, otro día será y suerte esta tarde en el partido”. A renglón seguido, hablamos de que el Orihuela tenía dos salidas seguidas y quedamos en vernos para este domingo 1 de octubre en el Callosa-Hércules B… pero no va a poder ser.
Su silencio del pasado fin de semana, al no enviarme sus datos habituales del partido del Callosa, aunque no lo estuviera presenciando, me preocuparon y precisamente su silencio me llevó ayer martes 26 de septiembre a escribirle a eso de las 10.00 horas. “¡Buenas! ¿Cómo estamos?”, le pregunté por whatsapp. Ya no me respondió y a mediodía mi amigo y compañero de la información, Pepe Pertusa, otro callosino servicial donde los haya, me comunicó su fallecimiento. Mazazo. Ya no di pie con bola en todo el día.
Lo único que me contentaba dentro de la tristeza es que estuvimos juntos hace muy poco, en su popular peluquería. Fue el pasado sábado 9 de septiembre. Ese día me invitó a un ‘vino de honor’, como él mismo lo definió, a las 13.00 horas. Fue una tertulia con varios amigos suyos del fútbol. Unas horas antes me escribió. “Acabo de compartir en Twitter tu entrevista al entrenador del Callosa. Confírmame si vienes a la tertulia”, me dijo. “Voy a intentarlo”, le dije. Yo tenía un compromiso, pero lo aplacé, porque su convocatoria me dejó pensativo. Al confirmarle mi presencia, me contestó: “Esa era la respuesta que yo esperaba”. Hacía unos meses que me comunicó lo de su enfermedad y que no nos veíamos personalmente. Pero manteníamos contacto por teléfono muy a menudo.
Y allí estuve en su peluquería, durante muchos minutos sentado a su lado, hablando de deporte. Yo, en el fondo, hundido, pensando si sería la última vez que estaríamos juntos. Él, sin embargo, con una entereza increíble y tan sonriente, como siempre. Departimos con agrado durante más de hora y media. En el momento de marcharnos, nos dijo: “Señores, en unas pocas semanas, hacemos otra”. Eso insufló muchos ánimos a mi pesadumbre por su enfermedad y regresé más animado a Orihuela. Fue la última vez que lo vi…
Puedo hablar mucho y bien de Baeza. Siempre me facilitó el acceso a la información del Callosa Deportiva y teléfonos de otras personas del fútbol en la comarca. Hemos compartido muchísimos partidos en ‘El Palmeral’ y en diferentes campos de la Vega Baja, como ‘Los Arcos’, al que solía acudir. También hemos compartido muchas comidas. En el ‘Bar Tere’ de Cox, en La Manga del Mar Menor, en el ‘Pinatar Arena’… Nuestra comida veraniega ya era clásica. Muchas veces en compañía de su hijo y de los míos, que también lo apreciaban mucho. Una anécdota. Siendo niños, me decían: “Mira, ese hombre lleva ‘pantalones Baeza’, papá” por esos colores tan llamativos que habitualmente llevaba con tanta elegancia. Se lo contaba y él echaba unas carcajadas enormes.
Muchas veces acabamos, después de comer, en su peluquería, donde tenía un auténtico arsenal de fotografías, recortes de prensa, fichas federativas de jugadores, actas de partidos del Callosa y de la Copa San Pedro y la Copa San Roque... Siempre le animaba a atreverse a escribir la historia del fútbol del Callosa, el club de sus amores, el club en el que se ha volcado, el club donde prácticamente lo ha sido todo en la directiva, menos presidente (por cierto, se me está ocurriendo que alguna zona del campo de ‘El Palmeral’ podría llevar su nombre a partir de ahora para inmortalizar su persona). Pero fuera de la junta también ha hecho de todo por su equipo. Desde animar en la grada, como uno más, a vender lotería, abonos, colaborar en medios de comunicación para hablar de su equipo, ahora venía ejerciendo de jefe de prensa y se encargaba de las redes sociales del club…
Hasta publicaba cada temporada el tradicional calendario de liga de su equipo, que repartía gustosamente a clientes y aficionados en su peluquería, que era -como le he leído al entrenador Onrubia- un auténtico ‘sanedrín’ balompédico. Baeza me transmitió su amor y pasión por el fútbol modesto y por el Callosa Deportiva, que le venía de tradición familiar. Su abuelo fue fundador del club en los años cuarenta del pasado siglo. Siempre que estaba al lado de Baeza aprendía de su experiencia deportiva y… de su experiencia vital. Luchador nato y optimista como él solo. Tan generoso, tan atento, tan afable, tan apasionado. Siempre estarás en mi recuerdo y tu lucha es un ejemplo a seguir. Hasta siempre, amigo Baeza.
Antonio Peñalver García
Director de Sport Vega Baja
